El arma más poderosa que existe son las palabras, ellas mismas pueden hacer mucho daño o mucho bien, según la forma en qué las usemos; según la situación o según a la persona a quien no dirigamos.
Yo estoy capacitada para saber elegir las palabras adecuadas, cuando se trata de hablar con las personas que más me importan. Creo que sé cómo actúar en casi todos los momentos y cuando debes callar. Que tampoco el silencio es malo, es más a veces es necesario, ya que en mi caso siempre me transmite mucha paz. Normalmente no me quedo callada ante nada, digo todo lo que pienso, y puede que en verdad tenga un don con el que poder trasnmitiros numerosos pensamientos, sentimientos o ideas y quizá os ayude en algo.
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