Nunca olvidamos, solo borramos las cosas un poco de nuestra mente. Porque el olvido no es mirar a una persona y no conocerla, porque eso, nunca llega. La persona que ha sido importante y ha hecho daño, va a seguir ahí. Pero el olvido llega cuando lo recuerdas y no te duele, cuando en vez de llorar por lo vivido puedes sacar una sonrisa y sentirte orgullosa de lo que pasó y de los cojones que tuviste en su día, de que demostraste mucho en ese tiempo. Porque el olvido llega cuando el día de su cumpleaños no te mueres por colmarle de abrazos, ni besos, el olvido llega cuando lo felicitas sin rencores, sin dolor. El olvido llega cuando te le encuentras por la calle por casualidad y no se te acelera el corazón y saludas de la forma más normal del mundo.
El olvido llega cuando al escuchar su nombre no te produce nada y cuando el pronombre '' ÉL '' ya no te recuerda a nadie. Eso, realmente, es el olvido.
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