¿Y si con esta edad no haces lo que te apetece dime cuando lo harás? ¿Cuando? Cuando digo que hagas lo que realmente te apetezca hablo de elegir como quieres ser y quienes quieres que te rodeen, eso si que lo puedes elegir y está realmente en tus manos. Hablo de pintarte las uñas de color naranja si te da la gana y de vestirte con las camisas de tu padre. de escuchar canciones de Disney o escuchar música clásica o de comer chuches hasta que te duela la tripa, hablo de sonreír si tienes ganas y de enfadarte si te dan los motivos necesarios, hablo de saltar por la calle y gritar las veces que te de la gana su nombre porque es muy especial, hablo de mirar el cielo y de ponerte tonta si te hacen cosas que no te gustan, hablo de encerrarte en tu habitación y ponerte los cascos con la música a todo volumen si te apetece, hablo de querer, hablo de sufrir y de aprender de los errores, hablo de confesar tus secretos a quien quieras.
Parece el momento perfecto para dar por terminado esta etapa de mi vida escrita en el blog y poner punto y aparte. Crear otro, quizás. Con otro nombre, nuevos retos. Volver a escribir más de moda, de consejos, de la vida que de él, y él y él. Retomar de verdad mis vicios, y placeres, y escribir también de eso. Quizás sea cierto que cuando te enamoras pierdes una parte de ti misma. Bien, puede que sea el momento de recuperarme. Pero...este blog no es sólo un recuerdo de una historia de amor –desamor, encaprichamiento, lo que sea. Es una historia de mí. – y cerrarlo sería como reconocer que él lo era todo.
Es una historia de caprichos, de pequeñas cosas que me hacen feliz, de sueños y tardes de domingo tirada en el sofá
Y después de dos años escapándome, disfrutando como nunca, descuidando los estudios que de verdad decidirán mi futuro. Después de dos años de momentos dolorosos y alocadamente divertidos aquí estoy de nuevo. Sentada ante mi viejo ordenador, acompañada por mi bb y mi música, esa que me acompaña a todas partes.
Porque sí, es momento de poner punto y aparte. Que toda mi conversación no gire en torno a él. Vivir la vida junto a esas personas que han estado siempre, junto a mis amigas, hacer planes y aunque no se cumplan al menos habrán sido planeados todas juntas.
De pequeños placeres. De dejarse llevar cayendo en el exceso que nos concede la juventud, pero con lo aprendido de las escasas pero intensas experiencias hasta ahora.