Dejar atrás el pasado, vivir el presente y no preocuparte del futuro sí es una buena opción.


Hay que dejar que todo fluya, poco a poco.








viernes, 22 de febrero de 2013

Hace ya un tiempo que vivo sin ti.

Aún recuerdo el día que te conocí, cuando te vi por primera vez y mis ojos se fijaron en los tuyos, bajo la copa de aquel árbol en medio de la plaza de tu pueblo.
Nunca me hubiese imaginado que esa fecha se quedara tan grabada en mi mente. Tú me enseñaste a luchar por lo que quieres, a saber esperar el momento adecuado para actuar, siempre me decías ''las cosas buenas se hacen esperar'', de hecho aún recuerdo el lugar cuando me dijiste que me esperarías porque yo era alguien muy especial, y si me he sentido así de especial alguna vez ha sido porque tú me lo desmostrabas.
Tengo mil lugares en los que hemos estado juntos y recuerdo cada momento que he pasado en ellos contigo cada vez que paso por allí.
Recuerdo cuando me cambiabas los besos por un te quiero, cuando me abrazabas de una manera que me hacia sentirme segura, protegida a tu lado; y pese a todas nuestras diferencias cuando nos mirábamos a los ojos el mundo se paraba y solo importábamos tú y yo, aunque nunca llegásemos a formar un nosotros...
De ti he aprendido muchas cosas y sigo aprendiéndolas aunque parezca difícil, porque después de tantas cosas que hemos vivido juntos y separados entendí que somos como el perro y el gato, ni juntos ni separados, que cuando estamos juntos se respira una tensión que dudo que pocas personas tengan, que prefiero tenerte a dos centímetros de mi, que verte a dos metros y que solo me mires.
Ha sido muy difícil llegar a este punto pero por fin lo he conseguido, verte sin que se me entrecorte la respiración, sin ponerme nerviosa, sin saber que decir por tenerte cerca, y ahora a lo máximo que llegamos es a un ¡Hola!.

sábado, 9 de febrero de 2013

La vida es una constante creadora de recuerdos.

A veces se tiene la necesidad de escribir, de contar mediante un papel o incluso como estoy yo ahora frente a la pantalla del ordenador, intentando aclarar mis ideas, mientras escuchas música y esta te transporta a través de las canciones a recuerdos que ahora son tan efímeros. Es lo bueno de los recuerdos, que puedes tenerlos siempre en la memoria o incluso plasmarlos en una foto o escribirlo para no olvidarte de ellos; porque tu mente es capaz de seleccionar en cada momento el recuerdo que mejor te convenga; tanto los buenos como los malos, todos.

domingo, 3 de febrero de 2013

Eh tú, que aún te quiero.

Sigo siendo la misma chica que tarda dos horas en arreglarse un viernes para salir, la que nunca sabe que ponerse, y que cuando lo tiene decidido lo último en ponerse sea tu colonia favorita, la de vainilla ¿te acuerdas de cómo se te quedaba ese intenso olor en tu cama? Sigo bebiendo Barceló con naranja aunque todo el mundo diga que es malísimo y la mayoría beba whisky; la que baila hasta que se tiene que ir a casa incluso cuando la están matando los tacones pero que se sienta en cualquier sitio que encuentra; cada vez compro zapatos más altos, para dejarte cada vez más pequeño y poder acercarme más a tus labios y besarte; sigo soñando con ir a Italia y recorrer cada uno de sus pueblos en coche. A veces, te vuelvo a buscar entre la gente, esperando que aparezcas y me veas, que nuestras miradas coincidan sin querer queriendo, y me digas ¡cuánto tiempo! !Estás preciosa!
Que esa noche sea por fin nuestra, que me digas vámonos a un sitio más tranquilo y allí hablar de todo y de nada, y llenarte de todos los besos que te debo hasta que me tenga que ir y prometernos que al día siguiente será diferente, que me hablarás para decirme que necesitas verme.