Sentir la necesidad de gritar todo lo que piensas o sientes, pero no poder hacerlo por miedo a cómo él actúe en consecuencia, sentir un nudo en la garganta, un nudo en pecho que no te deje respirar.
Pero soy mucho más valiente que tú, y nadie va a evitar que grite a los cuatro viento lo que pienso, porque para quererme sólo a ratos prefiero que no me quieras, lo siento por ti, no existen medias tintas, o es todo o nada.
Lo nuestro se acabó aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario