Dejar atrás el pasado, vivir el presente y no preocuparte del futuro sí es una buena opción.


Hay que dejar que todo fluya, poco a poco.








sábado, 13 de febrero de 2016

Caprichos del destino.

Las personas desarrollan un sentimiento que en ocasiones puede ser positivo y otras veces negativo.
Ese sentimiento es el capricho.
Según la RAE: Deseo impulsivo y vehemente de algo que se considera prescindible o arbitrario.
Hasta hace una semana, no tenía tiempo para nada, solo estudiar para aprobar los exámenes finales, y deseaba de una manera sobrenatural, tener un poquito de tiempo para mi, estar tirada en el sofá, haciendo zapping, sin tener que hacer o preocuparme de algo.
Ahora que me sobra el tiempo, he de confesaros algo, no sé que hacer con todo el tiempo libre que tengo, se me acaban las cosas por hacer. 

Si esto pasa en la vida cotidiana, que tenemos caprichos tan simples como querer tener tiempo libre, querer tener muchos libros, mucha ropa, caprichos materiales que cuando los anhelas y después los consiguen, si los dejas no importa, no haces mal a nadie.
El problema de todo esto, el kit de la cuestión, es que a veces, aquello que deseamos no es ningún bien material, sino deseamos a personas, que no está mal, claro que no. Pero cuando el capricho se convierte en algo negativo, algo de usar y tirar, es ahí cuando ya no hay vuelta de hoja, cuando ya no se puede hacer nada.

*Tened cuidado con lo que deseáis, a veces puede hacerse realidad.

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