Son recuerdos, no sé si son triste o alegres pero al fin y al cabo son nuestro recuerdos. Aquellos que compartimos juntos; una vieja foto del amor de verano, una sonrisa detrás de un helado, tantas tardes junto a ti y noches a escondidas a la puerta de mi casa. Una canción para recordar y un número que nos marcó a los dos 3333.
Pero gracias a ese verano me dí cuenta de la persona que eres, que cuando quieres eres tan mono y otras veces tan pasota, pero como bien sabes, no puedo enfadarme contigo. No tiene sentido guardarnos ningún rencor, se lo debemos a nuestros recuerdos, a aquello que vivimos, porque sino hubiera pasado lo que pasó, yo no sería lo que soy ni hubiera podido conocerte. Y reconozco que hay días que echo de menos volver a pasar, porque a pesar de todo lo que hemos descubierto el uno del otro, yo por mi parte no puedo reclamarte nada, no tendría mucho sentido, pero en el fondo sé que los dos nos tenemos un cariño especial pero como bien dicen, son malos tiempos para los soñadores.
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