Yo no creo que fuera un simple amor de verano.

Que cada uno siga su camino, que tenga su propia vida, sólo falta discutir quién ha sido más cobarde, Quién ha echo más putadas a quién, y quién se ha equivocado antes. Ninguno de los dos piensa que fue tiempo perdido y  se olvidan de la opción de quedar como amigos, por dentro les mata la idea de no verse, pero se cruzan y hacen como si no se conociesen. Ella se preocupa ¿qué hago? ¿lo llamo? que llame él, yo paso de dar siempre el primer paso, él pasa noches en vela en casa, acostándose tarde, y con amigos que le dicen venga: ¡vámonos de fiesta!.
Queda el recuerdo en la mente, la nostalgia de lo pasado,
y el odio a septiembre, porque jode que seamos tan inocentes,
nos quisimos como nunca y acabamos como siempre.